miércoles, 16 de septiembre de 2009

All the Real Girls -Chicas de Verdad- (2003)


Es de las películas más hermosas que debe haber hecho USA en este siglo.

Sí. Así es.

David Gordon Green es un grande. Ojo...

sábado, 5 de septiembre de 2009

Una idea sobre Las Estatuas también Mueren (1953) de Alain Resnais
















La verdad es que podría escribir un libro sobre este corto de ¿20 minutos? No estoy exagerando, tendría que volver a verla y verla y verla, pero el resultado, si dispusiera de la energía y el tiempo, sería un librito de, al menos, 100 páginas.

Después de ver esta película uno puede hablar de Arte y Cine (separados y juntos, superpuestos, como lo mismo, uno como parte del otro, como sea), de política y de historia, de cultura y filosofía. Podrían, si existieran los espacios, hacerse charlas de café y conferencias y todo lo que ya se hizo, todo de nuevo. Y estaría bien y sería necesario.

Lo sería porque nunca está mal recordar lo escencial. O mejor, siempre es necesario tener presente lo escencial. Tengo la sensación (o la tuve, cuando vi la película) que Resneis comienza a hacer cine cuando los cienastas comienzan a "pensar" el cine. Cuando comienzan a cuestionarlo ontológicamente (por esa época, si no me equivoco, estaba Bazin y su "¿qué es el cine?") y a responder, como pueden y con una cámara, esas cuestiones.

En el cine de Resnais, y en sus cortos más que en nada, esa búsqueda de lo escencia (del Cine, del Arte, del hombre y la Cultura) parece ser eje sustancial. El bombardeo de Guernica en el corto que lleva ese mismo nombre, es una conjetura sobre el cine (porque dispone la luz, el valor de plano y el movimiento de cámara para contar con el Arte -y contar el Arte-) y sobre el Arte (porque al explorarla con el cine -y encontrar algo, de cierto modo, específico- la película explora el sentido del Arte: su narración o, mejor, su narrativa). Y, a su vez, al encontrar el espectador esas respuestas en la película, se le figuran innegables ciertas ideas precisas sobre el Hombre en el Arte y en el Cine.

En "Las Estatuas También Mueren" el Cine y el Arte son formas, vías del hombre para llegar al hombre. Resneis toma una cultura desaparecida (la africana precolonizada) de la cual se conserva un Arte (el arte negro que tanto fascinó a Picasso) y las analiza antropológicamente.

Bien. Con este último párrafo parecería que hubiese sido mejor para Resneis escribir un libro que hacer una película. Lógicamente: no. ¿Cómo utiliza Resneis el cine para hacer ese análisis antropológico? ¿Qué ideas se generan a partir de esa búsqueda? Paso a paso que me confundo.

En el comienzo del filme, la voz en off que nos va a acompañar durante el relato, se detiene en el hecho de que no tiene sentido observar a las obras de arte como piezas de museo, que ellas son partes de una cultura y que en ellas, estos objetos forman parte de un modo de vivir: son parte de la cotidianidad. El observador de museo mira con la curiosidad del turista ansioso objetos que pueden haber servido para tejer, o labrar la tierra; que sacados de su propia cultura no son más que objetos muertos. Entonces, ¿qué hace Resneis?, pone la cámara (y por lo tanto a nosotros) en el lugar del objeto en el museo. Un hombre se acerca a una obra, lo toca y la mira con una fria curiosidad, gira hacia nosotros y NOS mira durante un instante como si fuésemos un objeto y se va. En ese preciso instante, lo que acaba de lograr Resneis, es convertir a la obra de arte en hombre. La indiferencia de ese "turista del museo" hacia el arte es indiferencia hacia nosotros, que no podemos sentir que nos mira. La manera en la que nos sentimos, en ese momento, es igual a como se siente el objeto: despreciado.

Instantes después, una muchacha negra se acerca y se detiene. Ella nos mira. Lo sentimos: su rostro, sus ojos son diferentes. Con ella, con su mirada, nos encontramos como humanos. Por eso Resneis corta a un primer plano de ella y de ningun otro paseante del museo. Un encuentro entre culturas, es decir entre humanos, exige que el uno y el otro se miren como Hombres y no como curiosidades.

Con esta antesala, cuando comienza la construcción de las estatuas, en una magnífica secuencia que parece ser un encuentro entre dos culturas africanas diferentes, las estatuas comienzan a decantar humanos. "¿Qué fue de estos hombres?" se pregunta la voz en off, mientras vemos distintas estatuas que nos sugieren diferentes hombres. Grandes hombres. Llenos de honor y de sabiduría. Vistos desde distintos ángulos, estos hombres expresan diferentes emociones, diferentes estados. Estos hombres negros desaparecidos, cuyas culturas fueron devastadas, se nos sugieren como hermanos Hombres, como semejantes o (¡no!) como grandes hombres dignos de admiración por su templanza, su coraje, su honor y su sabiduría. De ellos, sólo quedan estas estatuas, que nos miran.

Y cuando la construcción cinematográfica fue tal que no podemos más que ver Hombres en estas estatuas... Hombres "vivos" y "muertos" que admiramos. Cuando queremos seguir viéndolos y aprendiendo de sus ojos, de sus papadas y sus peras, de su postura, de sus cachetes, labios y orejas; cuando lo único que queremos es seguir charlando con ellos porque son nuestros hermanos, porque esconden secretos que se mezclaron con la tierra y la sangre y queremos saberlos. Es entonces que, en un definitivo y magnífico dolly in, una de estas estatuas-hermanas es puesta dentro de un cubo de cristal.

La sensación es nefasta. Nuestro símil, nuestro hermano (nosotros) fuimos separados (atrapados) por una capa fina de vidrio donde quedará quieta y víctima de la mirada indiferente de aquellos altivos "turistas de museo", que lo mirarán con indiferente curiosidad. Y entonces sí, claro, las estatuas también mueren. Las estatuas mueren en el museo, cuando su fin absoluto: traer a vida los secretos de los muertos, es limitado al rol de curiosidad de feria moderna y de curiosidad para la alta cultura.